Del 08.06.23 hasta 20.07.23

EXPOSICIÓN / CIGARRA VÍBORA. Álvaro Albaladejo

Espacio 3.
Visitas: De lunes a viernes de 9 a 21h.
Inauguración: jueves 8 de junio, 20:30 h.
Proyecto comisariado por Javier Sánchez Martínez. 

 «Cigarra víbora» es uno de los nombres comunes de la Fulgora laternaria, un insólito insecto alado que habita en los bosques del Neotrópico. La particularidad de esta especie de fulgora reside en una enorme protuberancia cefálica que, según la tradición y el territorio, ha sido identificada con una serpiente, un caimán o un cacahuete.

En los años treinta, Roger Caillois (1913-1978), un refractario pensador francés cercano al surrealismo, desarrolló una aproximación interdisciplinar a la imaginación. Su objetivo era descubrir las leyes universales que rigen tanto las creaciones del ser humano como las de la naturaleza. La cabeza minuciosamente ornamentada de la fulgora es uno de sus ejemplos paradigmáticos. El cometido de este asombroso apéndice no es, paradójicamente, imitar a un posible depredador, sino causar un espanto hiperbólico e imaginario. Cuando la cigarra víbora se siente amenazada despliega de manera espasmódica sus hipnóticos ocelos. Este fenómeno alucinatorio posee su correspondencia funcional en nuestras sociedades en todos aquellos dispositivos atávicos de intimidación mediante la mirada y entre los que destaca la máscara.

De esta homología Caillois extrae dos consideraciones que se encuentran en la base del proyecto expositivo de Álvaro Albaladejo en el Centro Párraga. Por un lado, el escritor francés sostiene la vertiginosa hipótesis de un cosmos organizado a partir de principios estéticos en el que la inagotable producción de formas tiene como único objetivo que cada ser aparezca en su más absoluta singularidad. Por otra parte, hace de la cigarra víbora el prototipo de una imagen que nos devuelve la mirada. La exposición recoge estos dos principios del pensamiento de Caillois y los lleva hasta sus últimas consecuencias, de ahí que las diferentes formas y motivos naturales estén sometidos a multitud de tensiones estructurales cuyo objetivo es arrojar la percepción contra sus límites. La obra de Álvaro Albaladejo se caracteriza por el uso de una serie de tecnologías alucinatorias ornamentales como líneas infinitas, disimetrías ocultas, superficies cambiantes, refracciones cegadoras o dinámicas circulares. La exposición reúne una selección de trabajos realizados entre 2016 y 2023 que exploran esta impregnación rítmica del espacio con el fin de provocar no solo extrañeza, sino incluso experiencias cercanas al vértigo y la desorientación y que resultan paradigmáticas de la imagen-fulgora propuesta por Caillois.